1935
10 de noviembre
¿Por qué les pido siempre a mis poesías un contenido concluyente, moral, juzgante? ¿Yo, que no admito que el hombre juzgue al hombre? Mi pretensión no es otra que un vulgar querer decir lo mío. Que dista mucho de administrar justicia. ¿Hago yo justicia en mi vida? ¿Me importa mucho la justicia en los asuntos humanos? Y entonces, ¿por qué la pretendo en los poéticos?
Si hay una figura en mis poesías, en la figura del escapado de casa que vuelve con alegría al pueblecito tras haber tenido toda clase de experiencias, y todas pintorescas, poquísimas ganas de trabajar, disfrutando mucho de sencillísimas cosas, siempre generoso y bondadoso y conciso en sus juicios, incapaz de sufrir a fondo, contento de seguir a la naturaleza y disfrutar una mujer, pero también contento de sentirse solo y desocupado, dispuesto cada mañana a volver a empezar: los Mari del Sud en resumen.
*Cesare Pavese. El oficio de vivir. Barcelona: Seix Barral, 2018. pp. 26-27