1915
2 de enero. Una mañana y una tarde horribles. Je me sens incapable de tout1, y al mismo tiempo no estoy escribiendo muy bien. Debo terminar mi historia mañana. Debería trabajar en ella todo el día… sí, todo el día y también la noche, de ser necesario. Un día detestable. J’ai envie de prier au bon Dieu comme le vieux père Tolstoi2. Oh, Señor, hazme una criatura mejor mañana. Le couer me monte aux lèvres d’un goût de sang. Je me deteste aujourd’hui3. Comí en la casa de L. y conversé acera de la Isla. Se trata de algo muy real, salvo que cierta parte de mí es ciega a él. Hace seis meses yo hubiese saltado.
Lo más importante que siento últimamente acerca de mí es que estoy envejeciendo. Ya no me siento como una niña, ni siquiera como una joven. Siento realmente que ya he pasado la flor de la edad. A veces, el temor de la muerte es horrible. Me siento tanto más vieja que J., y él lo reconoce, estoy segura. Antes nunca lo hacía, pero ahora con frecuencia me habla como un joven a una mujer mayor. Bien, tal vez eso sea bueno.
3 de enero. Un día frío, feo. Ya estaba oscuro poco después de las dos. Lo pasé tratando de escribir y corriendo de mi cuarto a la cocina. No podía entrar en calor realmente. El día parecía interminable. A la noche leí y más tarde, con J., leímos mucha poesía. Si yo viviera sola necesitaría mucho de la poesía. Conversé con J. sobre la idea de la isla. Sé que para mí ha llegado demasiado tarde.
* Katherine Mansfield. Diario. Buenos Aires: Editorial Losada, 2015. pp. 30-31
1 Me siento incapaz de nada.
2 Quiero rezar al buen Dios como el viejo padre Tolstoi.
3 El corazón sube a mis labios con sabor a sangre. Hoy me odio.