[19 de septiembre de 1008]
- DÉCIMA JORNADA DE LA SÉPTIMA LUNA: ESTADO OTOÑAL DE LA MANSIÓN DEL TSUCHIMIKADO
Conforme el viento otoñal asoma risueño, sin par se muestra el donairoso encanto de la mansión del Tsuchimikado. Las copas de los árboles cabe el estanque, las matas vecinas al arroyo ostentan sus variados colores, de más intensos tonos en el transparente cielo vespertino. Si benéfico es el entorno natural, mucho más me inspiran las voces incesantes que recitan los sutras implorando un feliz alumbramiento. Más frescas la brisas soplan, y el rumor de las aguas se entremezcla con ellas, repercutiendo acordes consonantes la noche entera.
La meninas que rodean a la emperatriz conversan de asuntos de poca importancia. Su Majestad las oye, aunque sumida en cierta cuita que logra ocultar como si nada la inmutara. No es menester, a estas alturas, que yo elogie su hermosura, mas no puedo evitar sentir que, a toda costa, debería esforzarme por hallarme más cerca de tan gran beldad pues su profunda discreción ha de ser el único consuelo a los pesares de mi vida. Nada más podría confortar mi corazón sumido en la aflicción, pues hoy experimento una rara sensación más que lo normal.
*El diario de Murasaki Shikibu. Lima: Asociación Peruano Japonesa, 2019. p. 17